Saturday, January 28, 2006

Te espero, brillando en la oscuridad


Los hombres alados viven en comunidades, forman familias, y se separan de su familia tempranamente, al dejar su corta niñez, para formar sus propios núcleos, desde que entienden el mundo se vuelven seres serios, reservados y contemplativos, se dice que pasan gran parte del día en meditaciones profundas, otros simplemente creen que no piensan tanto como aparentan.
Sus cuevas formadas cuando el mar lo cubría todo son enormes e inexploradas.
 Lo que sabemos de las vidas de los hombres alados se limita a lo que pasa fuera de estas, por que nadie los a visto jamás en sus ritos bajo la roca.
Sin embargo sabemos que el apareamiento se lleva a cabo en el exterior, sobre las nubes, incluso a alturas extremas para un ser vivo.
 Cuando la noche es cálida y oscura, son las estrellas infinitas las que se meten en las pupilas del hombre alado, provocando la inquietud en su alma, entonces toda la libertad de estos seres  se vuelve pesada y confusa El olor de las semillas de flores lejanas enredadas en sus alas brota, producto del calor del cuerpo, que finalmente los obliga a salir de las cuevas y subir buscando el aire mas frió de la altura, en donde el ritmo de las estrellas es hipnótico. Así entonces, vuelan perdidos de toda su paz, con los ojos negros y abiertos, repitiendo un mantra largo y bello que no pueden comprender...
Palabras que no están diseñadas para el oído común.

Al llegar al extremo de la cúpula el hombre alado se sentirá extraviado, y confuso, el mundo será un dibujo bajo sus pies,  los puntos luminosos lo rodearan vibrando con toda la fuerza del universo, entonces seguramente comprenderá que todo se confabula a veces para los fines de la vida, cuando en ese extremo lejano vea a su par esperándolo. y las palabras del mantra se hagan mas claras para su mente turbada. Esas palabras antiguas y desconocidas para el mismo al comienzo se traducen simplemente como... "Te espero, brillando en la oscuridad"

1 comment:

amanda said...

El árbol es la mano vieja que verdeando recuerda la vitalidad de lo que es ser.

Buenos deseos desde lejos y desde desconocida persona.