Profesias auto cumplidas.
"Voy a ser el último en bajar, por que no me voy a bajar nunca"...

La puerta abierta...

Esa ultima tarde en Colina II, escuche a mi padre hablar de mi madre y de mi, como si algo de su alma hubiera quedado extraviado para siempre en un pasado del que yo no era consciente
El patio estaba lleno de sol, el sol de las 5 de la tarde en pleno verano, afuera de la tienda, un terral y mucha gente paseando los ocho pasos.
El olor a mate y cigarro que lo impregna todo, a tierra, a agua sucia y a comida.
Eduardo, bien limpio y afeitado, me habla sin mirarme, ya no fuma,  no maldice, esta cansado, su alma según dice, esta apaciguada por fin.
Años y mas años.
Mi padre no paso toda su vida extraviado del mundo, paso toda la mía. Por eso lo miro y no encuentro en el nada que nos ate, como vuelta de un poema viejo que nos dedico cuando aun yo no nacía.
Me siento frío, tan frío que no se de donde salen las ganas de llorar.
Al toque de timbre, como niños al fin del recreo todos los hombres se separan de sus familias y se van a dormir, yo también me separo de mi padre, que me acompaña hasta la puerta de una reja abierta, pero se cuida de desviar dos paso su caminar para que nadie crea que pretende cruzar. Y se queda con sus manos gastadas, como las mías hoy, apoyadas entre la reja diciéndome cosas sobre una supuesta oportunidad que tendríamos juntos de vivir lo que habíamos perdido.
Y yo, de pura pena le digo que si, cuando todo mi ser piensa lo difícil que me resulta la idea.
Cada vez que cruce esa puerta abierta me dolió el corazón hasta un punto en que solo un niño puede experimentar.
Cada vez que mi comprensión del mundo se vio forzada a tratar de entender como era posible que esa reja abierta pudiese ser lo que definía nuestras diferencias.
Esa tarde como muchas antes, como muchas después, recorrí las calles de esta ciudad y otras, conocí a la gente que habita en los mundos que vemos y a muchos de los que casi viven en mundos que pocos ven.
Y a la fuerza aprendí la diferencia entre la libertad que tanto buscamos y creemos a veces percibir y la verdadera perdida de la condición humana.

Hoy vivo en el mundo que presentía existía, hace tiempo cuando nada de esto era muy claro. Por eso tal vez estoy dibujando mis momentos, cada día un bosquejo.
Sobre la vida o la muerte, cada día una lectura distinta para pensar y crear despacio, a la velocidad en que el lápiz se mueve a través del pensamiento y la mano, en una pequeña libreta, cada figura nueva y antigua a la vez.
Lo mas mejor no es decidir que símbolos ni que formas crear, ni en que lugar, lo mejor es hacerlo contigo.
Completamos la idea de entre dos, entre la conversación y el estudio que se parece a un juego sagrado, moviéndose vertiginoso y cómodamente entre las obligaciones de la vida común. Entre el tráfico y las alarmas de autos que suenan y molestan, entre el trabajo y las ganas de hacerlo todo, respira y se acomoda la idea de un tarot que aun no tiene nombre ni color.

Que la muerte me encuentre

Que la muerte me encuentre riendo y amando
Que me encuentre flotando, no de rodillas ni debajo de una cama
Que la muerte me busque y no sepa por donde me muevo y antes de encontrarme, que lo hará, deba seguir las manchas de mi risa y de mi luz que estén desperdigadas por todo el camino que viví y en el aire como copos indisolubles de la sustancia que habita en lo aéreo.
Que la muerte me encuentre sobre todo vivo, no muerto ni muerto de miedo, que no me encuentre colgado si no colgando, de una cuerda tan alto que al mírame la muerte se complique y piense que hubiera sido mejor venir otro día, por que a la muerte no le gusta mucho la altura.
La muerte siempre anda por los prados verdes, las fosas oscuras, por las alcantarillas y los barrios llenos de gatos.
Que la muerte me encuentre amando y riendo lleno de amigos y de familia que es lo mismo y cuando quiera abrir la puerta se distraiga por las risas de la gente y piense incómodamente que tal vez no es un buen momento y salga a dar un paseo mas alrededor de la cuadra y se entretenga mirando las polillas frente a un farol hasta que decida que ya se hizo tarde y que bien podría venir otro día por que en realidad nadie la invito.
Que cuando llegue me encuentre haciendo el amor y se sienta tan sola y tan profana, tan triste y desahuciada que vaya a mirar la puesta de sol y que esa tarde no pase por nadie mas, ni haga nada mas, por quedarse pensando horas frente al mar sobre esto que nos pasa a los hombres de querer ser dos y hacer uno y a veces tres, de sumar siempre y no restar que es su trabajo.
Que la muerte me encuentre al fin, decidida e indeleble, que me mire y me apunte hacia lo alto donde vivo en mi trapecio de cuerdas salvajes.
Me mirara y me dirá
Soy la muerte y te voy a llevar lejos, pero para eso te voy a abrir el pecho y te voy a abrir el corazón y te voy a exprimir la roja vida que llevas dentro hasta que lo pálido de la piel sea solo yo en lo que antes eras tu.
Y yo la mirare, como siempre y le diré que esta bien, pues cada quien a lo suyo
Ahora le diré
Voy contigo si es el final
Pero primero
Atrápame.

6 de nov. sueño cerca de buda

Nadaba con ballenas azules, bajo un monasterio de bambú flotante, en el sur de los sueños mas cálidos.
Estaba cerca de las colas poderosas, cerca de sus bocas enormes, de sus ojos centenarios, tocando la piel de roca suave.
Me dijeron que las ballenas siempre aparecían al rededor del monasterio cuando buda estaba por nacer.