Necesitamos crear, abrir una puerta de nuestro inconsciente, sobre la forma en que percibimos y procesamos el mundo, lo cotidiano, la compra del pan, tomar la micro, el señor con grandes lentes y la mirada perdida en el horizonte, la música del piano saliendo por la ventana de la pequeña casa del otro lado de la calle, y el gato en su ventana durmiendo en arrullo.
Las hojas desprendiéndose de una rama luego de una larga temporada, ¿creerán la hojas que caen en la reencarnación de cada primavera?
¡A eso me refiero!
Tenemos que preguntarnos todo y llevarlo a la escena, tenemos que descubrir los mil secretos de una tarde con lluvia y su música.
No hablo de todos los mortales.
Ni siquiera hablo de la mitad de las personas que conocemos
Hablo de una pequeña cantidad destinada a pararse frente a una luz
Hablo de ese pequeño porcentaje de personas que vemos la belleza desde el escenario.
Somos siempre menos y debemos entender la hermosa suerte que tenemos de mirar cada vez hacia ese espacio donde los rostros del resto de los hombres se transforman en la extensión de lo que queremos decir, es un cúmulo de constelaciones y mundos, el publico.
