El buen olvido

Simplemente se dejó llevar, aprovechó una corriente tibia y las formas fantásticas que lo invitaban a dar un paseo mas allá de sus planes, "El mundo es un lugar tan distinto de lo que me pasa habitualmente" pensó, mientras un pequeño pez lo observaba, juro que el pensamiento era de otro, del pez tal vez.... El universo tiene muchas formas, colores incluso, que no están hechos para brillar a la luz del sol... ojos que nunca sabrán de las montañas ni del espacio... corrientes que conducen hasta lo desconocido, hasta lo profundo... "El cosmos es como nosotros" pensó... inabarcable, incognoscible.... Siguió absorto en sus divagaciones mucho mas allá del aire en sus pulmones, comenzó a perder la conciencia frente a lo que le pareció era una luminosa playa de arena suave, decorada de coral...  Atrás quedó la oficina, el día de la semana, el mes y el calendario, atrás, muy atrás, su vida en un pequeño y solitario rincón de la ciudad. Sonreía...
Hace mucho que no sonreía así.

La busqueda

Pasa por buscar, en cada rincón de uno mismo, decender, detenerse, escuchar observar.

¿Que es la luz?  ¿Hay algo que viva y evolucione mas que las estrellas? ¿son sus vidas nuestra existencia?  Nos vinculamos tanto que cuesta separar la presencia de uno con la razón del otro.
Somos lo uno y lo otro, en distintos estados.
Nos podemos ver
y saludar.

Siddharta

En un momento Shiddharta ya no estaba allí, si no el otro, el todo, el Buda, en su cuerpo y en su mente, el despierto viviente en forma de príncipe dormido, aniquilado, completo, perfecto y vacío. El fue a la gente y la gente vino a el. ¿como fue ese momento? toda la eternidad estaba presente, expectante la luz y la sombra, expectantes los astros, los reinos y el mar, un momento antes de que la verdad se hiciera voz frente a un mundo de conciencias, dolor, ignorancia y sufrimiento.
Siempre que pienso en buda pienso en sus ojos.