Wednesday, May 22, 2013

Sin centro ni borde...


Soy un ser humano, un mamífero que piensa, razona, investiga y resuelve formas de habitar esta realidad donde un día desperté siendo un niño, hecho a la perfección para este mundo, pero sin la menor idea de lo que se supone me tenía que pasar en el. A lo largo de los años me di cuenta de dos cosas, la primera es que todos los seres humanos que he conocido han pasado por la misma experiencia y que a casi nadie parece importarle. Tratando de entender comencé a estudiar lo que sabíamos de la realidad, lo que entendíamos por universo y el sentido de esta experiencia y me encontré con ideas sorprendentes, mediciones asombrosas, contabilizaciones imposibles, explicaciones "científicas" para un montón de leyes, por ejemplo de gravedad, que dominan el movimiento de los astros, parches gigantescos de información como la energía oscura que expande el universo, materia oscura que lo compone en un 96 % y que no podemos ver ni tocar, campos de electromagnetismo, que nos protegen aparentemente por casualidad y sobre todo la trampa que me dijo al oído de la razón que algo andaba mal con toda esta descripción cuantitativa... El Big Bang, un nombre tan "gringo" e infantil que me provoca desconfianza. Leí todo lo que ha caído en mis manos sobre esta "singularidad" en la que toda la materia del universo apareció en dos o tres minutos de un solo punto mas pequeño que el núcleo de un átomo La ciencia hace la descripción física de un suceso mágico, lo increíble es que cuando te lo cuenta Stephen Hawking parece tan obvio que a nadie se le ocurriría mencionar el carácter evidentemente irracional de semejante afirmación. Es como si la ciencia fuera la tapa de una botella llena de cosas sin sentido pero que como se han sumado y restado y se le han aplicado inmensos parches, para calzar donde no hay nada, parece una alternativa coherente y debemos creer en ella sin mancharle pensando que puede tener algún significado especial o pareciere curiosamente a un mito mágico o chamánico o espiritual. La ciencia comienza a asomarse en el terreno en que la meditación y la observación sensible de la naturaleza y los astros tenían camino recorrido, no la puedo desmerecer, nos ha entregado el mundo en el que habitamos, y visiones maravillosas de profundidades cósmicas mas hermosas e intrigantes que todo lo que la humanidad había visto, pero nos ha confundido y atontado, haciéndonos pensar que nuestra cosmogonía es el resultado de una serie de procesos matemáticos en donde el aquí y ahora es solo una consecuencia inevitable y sin sentido. Hay que devolverle el alma al espíritu de investigación.

Otra de las cosas que me ha llamado mucho la atención es la hipótesis científica de que el universo carece de un centro y de bordes, y aunque resulta como una especie de juego de lógica despierta la maravillosa forma que propone para analizar con fundamento científico y lógico el tremendo sentido que la existencia te ofrece a ti, a mi y a cada integrante, tu como yo y cada persona, objeto y lugar que mires o imagines, de alguna manera que deberás tratar de entender (si te interesa) ES el centro del Universo y no tenemos bordes. La lectura poética de la ciencia puede ser un paso interesante para una cosmogonía mas conciliadora, que le devuelva el sentido a la búsqueda de formas de habitar y de recibir a los que llegan a este espacio tan lleno de posibilidades. "Esta noche miren la gran roca que flota alrededor de la tierra iluminándola desde el espacio misteriosamente con su ritmo perfecto, nos invita a apreciar el mundo como lo que es, un lugar eminentemente sorprendente".