La lupa.

Una especie de mosca plateada, negra, verde y brillante se revuelca y frota extaciadamente sobre motas de polen amarillo fluorecente. Se encuentra drogada, exitadísima. El espectáculo es elocuente y da a entender que ese insecto no podría estar en un lugar mejor, las patas llenas de polen se frotan contra sus ojos radiantes, mas allá el rojo intenso de los cientos de pétalos vibra freneticamente y tras eso un horizonte de miles de repeticiones mandalicas de ese universo imposible, lejos a la distancia, las galaxias floriferas toman las formas y colores mas alucinantes, las mariposas alargan y contraen infinitamente sus lenguas, mientras las abejas afanosamente buscan y recopilan secretos ingredientes. Un mes con mi lupa me cambio la perspectiva de la realidad y mis paseos, los invito a revolver el cajón y a darle vida a ese objeto otra vez, y si no la posee consigan una, se los recomienda un humilde re descubridor de las pequeñas realidades de este mundo.