La muerte que uno espera.

Quería dejar el mundo, durante esa tarde pensé en todo lo que detestaba esa escenografía barata de nubes de colores y cielos dramáticamente rojos.
Todo cuanto había vivido me pareció de pronto un guión mal escrito. Mal escrito por mí.
Y la salida estaba tan cerca y era tan fácil. Dejarse caer, claro que no es "fácil" en el sentido estricto de la palabra. Pero es fácil como golpear un florero por casualidad y disfrutar ese momento en que sabes que el ángulo de caída no permitirá hacer nada para solucionarlo. Ese segundo en que las cosas parecen hacerse más lentas pero en verdad es tu cerebro el que corre para entender hasta el último segundo de lo inevitable.
Eso es lo que quiero. Caminar despreocupadamente por el borde hasta tropezar accidentalmente y sentir mi cuerpo cae hacia el abismo.
Me quede mirando el cielo, sin dejar de caminar lentamente pero apoyando bien los pies, esperando el paso fatal.
Siempre mirando el cielo, siempre esperando la caída, el desequilibrio, comencé a morir en cada paso, comencé a despojarme de todo lo que me molestaba, comencé a perdonar.
Comencé a sentir el aire más fresco de la noche que me rodeaba y pensé que era el mejor momento para caer y desaparecer.
No tardaría en llegar el paso equivocado y me iría directo al mar entre las rocas.
Las primeras estrellas asoman, las primeras luces desde lejos.
Ni siquiera pertenecen a este mundo, ni siquiera podríamos llegar a tocarlas jamás. y se ven tan reales desde aquí.
Hay tantas estrellas ahora.
Sigo avanzando, cada vez mas seguro. Sin volver a mirar el abismo bajo mis pies.
Avanzando hacia la muerte que nos espera a todos. Pero como todos, sin pensar en ella.
Ya llegara, un día, pero no hoy. …